La la land: vestidos para bailar




Vamos a hablar del vestuario, claro. Pero también de nuestra impresión como espectadores de un musical que en su tierra, arrasó.
“Quería que las mujeres de la audiencia se enamoraran de Ryan y que los hombres se pusieran románticos con Emma”, aseguró la diseñadora de vestuario Mary Zophres (née Maria Zafeiropoulou), nominada al Oscar como Mejor Vestuario.

Dos toques apenas le bastaron a la vestuarista favorita de los Cohen para distinguir la identidad de los protagonistas a partir de la indumentaria: los zapatos combinados
modelo Nueva Epoca Buenos Aires de tango

Los zapatos de Gene Kelly en Cantanndo bajo la LLuvia

Mia y Sebastian en calzado composé



El amarillo saturado tendrá protagonismo en los musicales



de tap de Gosling, y los cómodos vestidos de bailarina de Stone. ¿Qué significan? El amor y fundamentalismo de él por el jazz clásico, y la flexibilidad de ella que puede ser actriz y/o guionista, según la necesidad o el deseo.
Zophres revisó su archivo de fotos de Hollywood, alquiló viejos musicales y volvió a ver “Cantando bajo la lluvia”, algo así como la Biblia o el Corán para estos casos. Y bajo la advocación de Gene Kelly y Debbie Reynolds, inició la tarea.

Colores saturados como en los 50 y 60 con cierta evocación de Sex&TheCity


Eligió zapatos de tango para  Ryan de la marca Nueva Epoca Buenos Aires (pese al nombre, son alemanes pero manufacturados en Italia). Comodidad, belleza y elegancia. Los ensayos eran agotadores y debían ser zapatos de un cuero blando, blanco y negro en este caso. Tanto es así que en la escena en la de Griffith Park, la colina panorámica donde se ve Los Angeles, los zapatos son protagonistas. Stone se cambia en cámara sus stilettos y se pone un par igual a su partenaire. Y bailan tap. Idea que se le ocurrió a Zophres.
Como el director del film, Damien Chazelle (32), no tenía demasiado en claro la vestimenta de Sebastian, personaje de Gosling (un compositor y amante del jazz), la vestuarista repasó imágenes de Bill Evans, del actor y pianista Hoagy Carmichael y de James Dean. No más para no confundirse. 
Más jazz y menos tap en este musical

La indumentaria nos recuerda el musical de Jacques Démy, Sebastian de marrón y Mía de salmón
Salmón y la ingenuidad del personaje de Deneuve

Más salmón para dar color a la noche lluviosa de Cherbourg

Catherine Deneuve y Francois Dorléac en Las Señoritas de Rochefort

El delicioso vestuario de Jacqueline Moreau para Las señoritas de Rochefort
La fiesta desenfrenada en La la Land

Una versión más serena de la diversión en 1967 (Las señoritas...)


Pero hubo dos películas musicales francesas que el director (cuyo padre nació en Francia) consideró obligatorio tener en cuenta. Se trata de dos filmes que he tenido el placer de ver en mi juventud, Los Paraguas de Cherburgo y Las Señoritas de Rochefort, ambas del director Jacques Démy y protagonizadas por Catherine Deneuve, en la segunda acompañada por su hermana, ya fallecida Francoise Dorléac, y Gene Kelly. Asegura que fueron muy inspiradoras para su creación. Y si tenemos en cuenta el uso y abuso del amarillo en “Los paraguas…” y los tonos asalmonados de “Las señoritas…” estaremos en la pista segura ya que aquí esos colores son muy evocadores de estas dos joyitas. Porque no solo Mía usa amarillo, también hay un maíz espectacular para John Legend, que él realza con el tono chocolate de su piel. Gosling, en cambio, se viste de marrón, un color difícil para trajes, pero teniendo en cuenta que recupera la estética de los jazzistas negros y que le da un toque sepiado de irrealidad, su vestimenta parece acertada.

John Legend, imposible no verlo vestido de maíz

Sebastian en beige bailando en el Observatorio

Nino Castelnuovo regresó de Argelia... y viste de marrón



Marrón, color difícil


Para Mía, el personaje de Stone, usó vestimenta clásica, con alguna prenda vintage como la falda rosada línea A y prendas baratas que podría comprar una aspirante a actriz que trabaja de camarera. Hay una escena con sus amigas donde cada una tiene un vestido de un color diferente, saturado, que recuerda por un varias escenas de las chicas de Sex and the City, pero también la saturación de los filmes de los años 50 y 60. La vestuarista combinó en el equipo amarillo hasta su ropa interior al tono. El vestido verde con el que bailan en el Observatorio lleva escote corazón, muy romántico por cierto. By the way, qué linda escena y qué nostalgia de volver a recorrer el Observatorio de Los Angeles, punto panorámico de la ciudad, con el encanto de que siempre se visita de noche.
Por supuesto hay una escena de homenaje a Ginger y Fred, pero también Gene Kelly y Debbie Reynolds en Cantando bajo la Lluvia.

Fred y Ginger, mención infaltable

Pero también a Gene y Debbie en Cantando bajo la lluvia


El único vestido de diseñador, Jason Wu en este caso (el taiwanés a quien Michelle Obama dio una mano al usar una creación suya, a poco de asumir su marido la presidencia de los Estados Unidos, y a quien volvió a elegir en la despedida del poder), es el de color azul marino, con sizas halter, que usa al final de la película. Es lógico ya que Mía vuelve convertida en una estrella consagrada en París. Es el único que no sirve para bailar porque tiene falda lápiz. La inspiración volvió a ser una joven Catherine Deneuve en una foto mirando sobre su hombro. Y aunque Chazelle hable de El Séptimo Sello y Casablanca, a nosotros el final nos recuerda mucho “Los paraguas…” cuando se encuentra frente a frente con el verdadero amor que no fue, y cada uno sigue su propio camino. Finalmente el sueño se ha cumplido.

Mía vuelve convertida en una estrella y se viste acorde a su madurez: nada de pasteles ni saturados, NAVY estricto by JASON WU




Simple pero eficaz, una historia de amor que conmueve, nos humedece los ojos y plantea desde los estético líneas clásicas, elegantes, donde la intensidad está puesta en el color.

Por Patricia Melgarejo

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